Capacidad y sensibilidad que tienen que ver con la sensibilidad musical, a la hora de producirla y de percibir como tal con todos sus matices. Es totalmente independiente de la capacidad auditiva, y por tanto atañe solo a la capacidad de procesar la información sonora de piezas musicales simples o muy complejas, y tampoco tiene por qué estar plasmada en géneros musicales concretos. Lo que define a la inteligencia musical es la total libertad para crear y apreciar la música.
Alguien con inteligencia musical es especialmente hábil a la hora de detectar matices en las melodías, pensar en términos de ritmo, timbre y tono y distinguir sonidos similares que suenan por separado o a la vez. A su vez, también lo tendrán más fácil para expresarse musicalmente, ya sea componiendo piezas musicales interpretadas por ellos mismos o dirigiendo un conjunto musical en el que hay que tener en mente muchos elementos de la pieza que se quiere interpretar.
La inteligencia musical puede desglosarse en varias habilidades. Estas competencias se tienen en un grado relativo, y no tienen que ver con una capacidad perfecta y absoluta para llevarlo a cabo. Aquí hay algunas de ellas, a modo de ejemplo.
1. Sensibilidad a la hora de identificar el ritmo, el tono, la melodía y el timbre de una pieza musical.
2. Relativa facilidad a la hora de componer o interpretar piezas musicales originales, y a la hora de reproducirlas o adaptarlas teniendo como referencia otra pieza musical.
3. Facilidad para encontrar recursos con los que plasmar estados emocionales o ideas a través de la música.
4. Facilidad para reconocer piezas musicales enmascaradas que parecen ser simple ruido.
5. Habilidad para reconocer los diferentes géneros musicales que influyen en una pieza musical.
6. Facilidad para crear melodías haciendo sonar varios objetos de manera improvisada.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario